Regalo de cumpleaños III: Rivalidad (lemon de Code Geass)

ADVERTENCIA: Este fanfic contiene posibles spoilers de la serie Code Geass, Lelouch of the Rebellion 1&2, de modo que si no has visto la serie entonces no lo leas si no quieres arruinártela. Por otra parte, contiene también algunas escenas de sexo lésbico explícito que podrían afectar a quienes sean sensibles al respecto. Se recomienda discreción a la hora de leerlo. Debo añadir que no me contendré en cuanto al lenguaje, y diré las cosas como son, usando las palabras correctas para referirse a los órganos reproductores. Esto porque el miedo a las palabras nos está matando.


3. El regalo de C.C.


Un triángulo amoroso, así es como podría llamarse a la situación en que se encuentran nuestros protagonistas; Kallen ama a Lelouch, pero este a su vez ama a C.C., la cual le corresponde... Sin embargo, lo más dramático de todo es que Kallen está dispuesta a morir en el intento para conseguir que Lelouch la ame. ¿Qué hará al respecto C.C.?


Kallen se había quedado en la habitación de Zero, llorando amargamente pero en silencio mientras veía cómo el hombre de su vida simplemente escapaba de ella. Sus palabras de rechazo aún resonaban dentro de su cabeza...
"—No... te voy a negar... que ha sido genial... Sin embargo... no puedo continuar con esto, Kallen...
—¿Por qué no? ¿no quieres más?
—Me encantaría, pero... a decir verdad, yo amo a C.C.... Y continuar con esto me haría sentir muy mal, me haría sentir que la traiciono... además que tú no mereces esto, tampoco. Sería burlarme de ti si continúo...
—Entonces, ¿por qué no me detuviste? ¿Por qué me dejaste seguir?
—Porque era muy difícil... El sexo es el mayor demonio de los infiernos... y una vez que has caído en sus redes es muy difícil liberarse... Mi voluntad no es tan grande como para conseguir eso... Adiós, Kallen."
—Pero... ¿por qué? — Dijo ella en voz alta, mirando a la puerta con la esperanza que Lelouch regresara. — ¿Por qué no me quieres? ¿Qué tiene C.C. Que no tenga yo?
Y permaneció todavía un rato más ahí, llorando. Sin embargo pensó que sería mejor salir de ahí, pues si alguien volvía y la descubría así, llorando y semidesnuda, podría ser el caso que se malinterpretaran las cosas, y no quería que alguien más la viera en ese estado, y menos C.C., que era la más probable en aparecer por ahí. Así que se vistió y, secándose las lágrimas, salió de ahí.
Sin embargo, no podía dejar de pensar en Lelouch. Había tenido la oportunidad de conocer su hombría, y no la había dejado pasar. Pensó que si había conseguido eso podría conseguir más si trabajaba con ahínco, de modo que resolvió aparecerse por la Academia Ashford al día siguiente para intentar persuadir a Lelouch mediante la seducción erótica. De modo que planeó cuidadosamente su visita sorpresa, tanto para que fuera una total sorpresa para Lelouch como para evitar levantar sospechas entre sus compañeros.
Así pues, esperó un poco impaciente el día siguiente durante la noche y parte del día mientras aún permaneció en la base de los Caballeros Negros. Sin embargo, cuando llegó la hora que había decidido para partir en su empresa se apartó de todos y sigilosamente salió de la base. Había pensado que sería útil presentarse con su antiguo uniforme de la Academia, así fácilmente podría confundirse como una estudiante normal.
Cuando estuvo frente a su viejo uniforme, suspiró y dijo:
—¡Ah! Qué recuerdos... Me pregunto si algún día podré volver a usarlo como antes...
Esto le hizo recordar la lucha que estaban llevando a cabo todos, con tal de lavar las injusticias y opresiones en que habían estado viviendo luego de la intervención de Britannia a Japón, las cuales, irremediablemente, sólo podían ser lavadas con sangre. Pero notó que estaba perdiendo valioso tiempo para salir sin ser notada su salida, de modo que dejó esos sentimientos de sed de justicia para después y se concentró en lo que debía. Se enfundó el uniforme y abordó su knightmare frame para hacerse a la mar después y llegar a la Academia tal y como lo tenía planeado. Una vez a bordo navegó a toda velocidad, cubriendo la distancia bastante rápido, cosa que a ella misma le sorprendió.
—¡Wow! Parecía que me perseguían... Pero ya estoy aquí... — Tragó saliva y sonrió: — Así que, Lelouch, prepárate porque tengo un gran regalo para ti...
Una vez fuera, se dispuso a ubicar las cosas; reconoció los puntos donde habían más estudiantes, y se aventuró a cruzar un pasillo lleno de ellos rápidamente, en dirección a donde estaba la habitación de Lelouch. Sin embargo, se cruzó de frente con Milly y Rivals. Ellos no la reconocieron, pero aún así ella sintió una sacudida en el estómago y buscó pasar desapercibida por ellos. Para su sorpresa ellos siguieron caminando sin notarla, lo cual la extrañó un poco. Unos pasos adelante se volvió y los miró caminar y hablar alegremente, en tanto que decían:
—¡Es muy bueno poder estar con Lelouch en su cumpleaños! — Decía Rivals con un tono muy alegre.
—Tienes razón... Esperemos que le guste la fiesta sorpresa que hemos preparado para él... — Respondió Milly.
Ambos se sonrieron y continuaron caminando. Sin embargo, eso era información valiosa: Lelouch tendría una fiesta sorpresa, así que lo más probable fuera que él no se apareciera por su habitación sino hasta el final del día, así que decidió esconderse ahí y sorprenderlo tan pronto llegara. Una vez que llegó le alegró y alivió encontrar la habitación vacía. Entró y se dispuso a esperar.
—Vaya... Cuántos recuerdos... — Dijo ella, recostándose sobre la cama.
Luego de un rato de permanecer sobre sus espaldas se levantó y contempló su alrededor: todo parecía en orden, además que a lo lejos se escuchaba música y mucho barullo, pero por el pasillo no había ruido. Decidió asomarse fuera y notó que el pasillo estaba desierto, y que todo el escándalo venía muy probablemente de la fiesta sorpresa. Entonces deseó estar ahí, y un sentimiento de nostalgia se apoderó de ella:
—Ojalá pudiera estar con todos ellos, viviendo en paz...
Y al instante cerró la puerta. Entonces miró las pertenencias de Lelouch: libros, ropa correctamente en su lugar, sabanas limpias impecables. Todo estaba en orden, de modo que decidió dejar de hurgar por ahí y dedicarse a esperar. Se sentó sobre la cama y se puso a meditar lo que haría:
—Tan pronto llegue y abra la puerta... Yo lo traeré dentro y lo sorprenderé con un beso. Entonces me aseguraré de cerrar la puerta con llave y... Procederé a hacerlo... Si me ofrece resistencia... Seguro los besos lo persuadirán. Él dijo que yo sé besar muy bien...
Se sonrojó un poco y continuó:
—Y si, aún a pesar de todo sigue resistiéndose... Puedo empezar a usar mis encantos de mujer... ¿Sería lo mejor desnudarme yo o desnudarlo a él? Quizás si yo lo hago sea mejor, pues aún no me ha visto desnuda.... Entonces continuare besándolo y lo desnudaré, y así, poco a poco hasta que...
Pero se interrumpió. Escuchaba ruidos por el pasillo, como si alguien se acercara. Se acercó a la puerta y escuchó, en efecto, pasos que delataban a alguien que se acercaba a la habitación. Se emocionó un poco de pensar que pudiera ser Lelouch, de modo que acercó más su oído a la puerta para intentar saber quién podría ser, pero se quedó de hielo al escuchar la voz de C.C.:
—¿Esta... Será la habitación de Lelouch? Hace mucho que no vengo por aquí...
La duda de C.C. le dio tiempo suficiente para correr a la cama y meterse debajo de ella. Justo cuando terminaba de meterse en el hueco se abrió la puerta y C.C. entró por ella. Kallen miró y reconoció al instante que era su rival al ver sus pies. Una mezcla de ira y temor se conjugaron en su pecho al ver que C.C. se acercaba a la cama, pero se quedaba de pie justo frente a donde ella estaba. C.C. miraba a su alrededor, identificando el lugar. Luego de reconocerlo sonrió, pues había dado con el lugar correcto.
—Muy bien, ahora... Debo esperar que él se aparezca por aquí... Tarde o temprano vendrá a dormir, porque dijo que no volvería a la base sino hasta mañana, de modo que pasará la noche aquí... — Dijo C.C..
Kallen asentía con la cabeza; efectivamente eso era lo que Zero, o mejor dicho Lelouch, había dicho. Sin embargo, aún no entendía qué hacía C.C. ahí. ¿Acaso tendría las mismas intenciones que ella? Eso la hizo arder en celos... Sin embargo, no entendía por qué si C.C. iba a darle un regalo erótico a Lelouch había esperado tanto tiempo. Ellos nunca habían dado muestras de tener algo más profundo, además que Kallen ya llevaba bastante tiempo de conocerlos a ambos, incluso antes de saber que Lelouch era Zero. ¿O lo disimulaban bien? No lo sabía, pero tenía que hacer algo o simplemente ver cómo su plan se desbarataba por culpa de C.C.. Entonces notó que ella se paseaba por la habitación, entonando una canción con su garganta. Entonces se tendió sobre su espalda, mirando la cama por debajo pero sin perder detalle de lo que C.C. hacía. También procuraba estar quieta, pues cualquier cosa, por mínima que fuera, podría delatarla, ya fuera un leve movimiento de la cama o algún sonido inusual.
Entonces estiró los brazos, relajando su cuerpo, y notó que involuntariamente sus manos habían salido de los bordes de la cama, quedando totalmente visibles, así que las metió de golpe y miró, aliviada, que C.C. al parecer miraba por la ventana, de modo que no lo había notado. Entonces dio un pequeño suspiro y continuó esperando.
No perdía de vista los pies de C.C., los cuales iban y venían por toda la habitación, y sin darse cuenta ya había pasado bastante tiempo. Notó ello cuando C.C. resopló, fastidiada:
—¿Por qué tardará tanto? ¿Qué estará haciendo? No me puedo creer que lo veo a diario en la base pero justo hoy desee verlo en verdad...
Las palabras de C.C. hicieron que Kallen volviera a sentir celos. Ella había dicho "justo hoy desee verlo en verdad"... Lo cual daba cabida a pensar que tendría las mismas intenciones. Entonces C.C. se sentó al borde de la cama, mirando a la puerta.
Sin embargo Kallen pensaba en esas palabras. ¿Por qué quería verlo? Es más, ¿para qué quería verlo? ¿Tendría algo urgente? No, porque lo hubiera sabido antes de salir de la base. Si hubiera habido un ataque enemigo lo sabría... A menos que se hubiera producido luego que ella salió de la base. Sin embargo C.C. no se veía alterada. ¿Estaría buscándola, acaso? Se mostraba reacia a pensar eso, pues nadie había sabido que vendría. Todo esto no hacía más que hacer que sus celos incrementaran...
En ese momento C.C. suspiró, y Kallen sintió cómo la cama se movía. Al parecer C.C. se recostaba, dejando los pies fuera, pero al poco rato los subía. Permanecieron ambas un rato más en silencio, C.C. muriendo de aburrimiento y Kallen con los celos hasta el cuello...
Pensó en cómo pelear contra ella. Podía salir en ese momento y afrontarla, pero si se ponía agresiva con C.C. posiblemente las descubrirían a ambas... Y eso no era conveniente. Pero si no hallaba una forma de salir de ahí Lelouch llegaría y eventualmente C.C. lo estropearía todo...
Cambió de posición. Se recostó sobre su costado derecho, mirando la puerta y llevándose las manos a la cabeza. Sentía pequeños movimientos de la cama sobre ella, como si C.C. se moviera. Y en efecto, C.C. estiraba los brazos y los movía, intentando distraerse o entretenerse en algo, pero al final se quedó inmóvil un largo tiempo. ¿Dormía? Esa opción también era posible, pero no podría comprobarlo. Entonces consideró ella dormir un poco... Pero cuando cerraba los ojos recordó que si eso pasaba bajaría la guardia, y podrían encontrarla, así que decidió permanecer alerta. Pero algo llamó su atención. Por la rendija que había entre la puerta y el suelo vio unos pies llegar, y se abrió la puerta. Temió que fueran sus peores temores, y estos se vieron cumplidos cuando escuchó a C.C. decir:
—¡Ara! Lelouch... ¡Por fin! Me moría de aburrimiento...
—C.C., ¿Qué haces aquí?
—Tenía que verte, porque hoy es un día especial, ¿no? Es el aniversario de tu nacimiento...
Eso fue demasiado para ella. Sintió que ardía por dentro, y se sorprendió deseando que C.C. no existiera, pues no sabía que podía ser tan celosa. Sin embargo, puso especial atención a lo que sucedía...
—C.C., yo...
—Feliz cumpleaños, Lelouch... — Escuchó interrumpir C.C..
¿Y eso era todo? Kallen se molestó al escuchar esas palabras. ¿Solo por eso C.C. había venido? Sin embargo suspendió el juicio — Que a decir verdad estaba inundado de celos — para seguir escuchando...
—¡Vaya! Pues... ¡Gracias C.C.! Que tú me felicites hoy es algo muy especial para mí... Teniendo en cuenta que es la primera vez que vivimos algo como esto... Pese a que desde hace mucho tiempo que estamos juntos... Y la verdad quiero vivir mucho más a tu lado... Y celebrar contigo cada cumpleaños tanto tuyo como mío cuando todo esto acabe... Porque es lo más genial... Y me haces feliz...
Lelouch se escuchaba con un tono nervioso pero que denotaba alegría, y todo eso hicieron que Kallen empezara a sentir celos asesinos... Y ello le impidió notar información importante, como el que Lelouch mismo dijera "primera vez que vivimos algo como esto"... Sus celos habían crecido tanto en tan poco tiempo, que realmente ya no podía pensar con claridad...
Entonces notó que C.C. se levantaba.
—Lelouch, ¿estás bien? No entiendo del todo lo que quieres decir...
Entonces Kallen pensó para sí misma: "¡¡Serás estúpida!! Él te ama..."
Pero esos pensamientos la lastimaron, de modo que se llevó las manos al rostro y comenzó a llorar, teniendo cuidado de no hacer ruido. Pero lo que a continuación escuchó la hirió más:
—C.C., yo... Te amo...
Entonces tapó sus oídos para no escuchar cómo Lelouch se declaraba, y con ello ver cómo era inevitable su derrota. También cerró los ojos con fuerza, y se dio la vuelta para no verlos.
Se sentía sola, desamparada, era un momento realmente horrible. Cuando sintió que no podría contenerse y que iba a empezar a hacer ruido mientras lloraba se llevó las manos a la boca, impidiendo así sus lamentos pero no evitando escuchar a Lelouch, que seguía hablando:
—¿De verdad? Vaya, pues es una lástima...
—¿Por qué lo dices? Es más, ¿Por qué me preguntas algo con tan poca importancia como eso?
—Porque, si tenías un cumpleaños, yo bien podría darte un regalo muy especial... Pero dado que no lo recuerdas, declararé el día siguiente al mío como el tuyo... Y dado que dicho día va a iniciar pronto, pues... Te daré ese obsequio...
—Vaya, qué idea tan extraña... ¿Y qué me darás? ¿Una fiesta sorpresa?
—No, algo mucho mejor que eso... Te daré todo mi amor... Esta noche...
Y se hizo un silencio breve, que para Kallen fue sepulcral. Por la forma en que Lelouch había concluido ella supuso se besaban. Y escuchar que Lelouch le decía que se desnudaran fue lo peor. Quería desaparecer de ahí, estar lejos de esa situación, que se la tragara la tierra o quedarse sorda, pero no quería escucharlos... No quería escuchar a Lelouch, quien, con cada palabra que decía, hería más y más su corazón...
Entonces decidió dejar de respirar, para poder tapar sus oídos y no hacer ruido al llorar, y funcionó. Poco a poco su llanto fue menguando, dada la falta de oxígeno, pero cuando no podía más simplemente inhalaba profundamente para poder contener la respiración durante más tiempo. Todo eso le aislaba de la escena sensual que estaban teniendo C.C. y Lelouch fuera, en la misma habitación, pero aunque quisiera ser totalmente ajena no podía, pues la cama se movía constantemente. Miró hacia donde estaban ellos, percatándose que Lelouch estaba semidesnudo y de rodillas, además que C.C. hacía bastante ruido. Y por mucho que quisiera evitar escuchar, C.C. gritaba tan fuerte que le sorprendía que nadie los hubiera descubierto. No pudo evitar ruborizarse al escucharla:
—¡¡¡OH LELOUCH!!! ¡¡OH LELOUCH!! ¡¡ESTO ES... LA... LA... LA GLO..RIA!! ¡¡E..RES GENIAL!!
Pensar que Lelouch estaba haciendo gozar a C.C. la hizo sentir un poco excitada, al tiempo que su envidia volvía a salir. Desearía estar en el lugar de C.C.... Sin embargo, movida por la curiosidad, y un poco por morbo, decidió dejar de llorar y prestar atención a lo que sucedía... Entonces escuchó a Lelouch, que decía:
—Bas...ta... C.C.... Basta... Me asfixias... Ya pasó... Te exijo que me liberes ahora...
Lo que Lelouch había dicho la hizo imaginar un montón de cosas. C.C. estaba aprisionando a Lelouch... Sin embargo, él estaba de rodillas, de modo que seguro le había hecho sexo oral y ella tenía su cabeza presa... Entre la curiosidad y la excitación siguió escuchando.
—Oye, C.C.... Ten cuidado... Puedes cortarme la cabeza si haces un movimiento de tijera con tus piernas...
—Descuida... — Respondió C.C. entre risas de ambos. — ¿Crees que quisiera cortarte la cabeza así, sin más, sin darte lo que mereces?
—¿Lo que merezco?
—Sí... Mereces que yo te ame igual que tu me estas amando ahora... ¿En serio es la primera vez que haces esto?
—Pues... — Lelouch se frenó en seco y Kallen supo que titubeaba por lo que ella le había dado: — Sí... Eres la primera mujer con quien hago esto...
—Pues seré muy afortunada de ser tu primera mujer y de tenerte como mi amante... Eres todo un artista, ¿Sabes? Me atrevería a decir que dominas el arte de amar...
Lelouch rió y le dijo:
—De hecho solo soy un novato...
—Pero eres de los más ardientes hombres con quien he estado...
—¿Qué?
—Por Dios... Con facilidad habré vivido diez veces lo que tú tienes de vida... ¿Crees que iba a mantenerme como una monja durante todo ese tiempo?
Lelouch volvió a reí y respondió:
—Pues... Una monja tan hermosa como tú la tendría difícil... Además, teniendo en cuenta el tipo de geass que poseías... ¿No será que lo has usado sobre mí?
—Quizá... — Respondió C.C.. — No olvides que soy una bruja, después de todo...
—Y yo soy tu brujo... Y te amo, C.C....
Al tiempo que C.C. se sentaba, reflexionó lo que había escuchado. Lelouch la negaba... Y pensó que era natural, dado que él la amaba.... Sin embargo no paraba de sorprenderse en tanto seguía escuchando:
—Espera... Desde hace mucho que quiero que me quites esto... Ya no soporto que esté estorbando...
C.C. dijo:
—¿No ibas a hacerlo tu?
A lo que Lelouch respondió:
—¿Acaso no merezco que me los quites tu? Además, ¿No quisieras desenvolver por ti misma el regalo que quiero darte?
—Tienes razón... — Dijo C.C..
Kallen no sabía si continuar escuchando o volver a su posición anterior. Por una parte le parecía excitante escuchar a Lelouch tener sexo... Pero por otra no le agradaba la idea de que C.C. fuera la afortunada. En tanto que seguía su deliberación vio caer al suelo prendas de ropa, y escuchó:
—Aaah...
—De seguro que llevabas mucho tiempo esperando esto, ¿no? — Dijo C.C.: — Justo es que te haga terminar, como hiciste conmigo...
¿Qué estaba haciendo C.C. ahora? Como Lelouch ahora estaba de pie y ella estaba sentada sobre la cama pensó que estaba haciéndole sexo oral, ante lo cual pensó: "Al menos en eso te gané yo...", y al momento siguiente Lelouch jadeaba. Sin embargo el pensar que su rival hacía lo mismo que ella le hizo pensar en compararse. ¿Quién lo haría mejor? ¿C.C. o ella? Entonces de súbito una sed enorme de derrotar a C.C. pese a todo la invadió, y pensó que haría gozar a Lelouch mucho más de lo que C.C. pudiera hacerlo sentir ahora... Así que resolvió no perder detalle, para saber hasta donde había llegado C.C. y superarlo.
Lelouch pedía piedad mientras Kallen pensaba eso, pero tal parecía que C.C. no paraba, hasta que los jadeos de Lelouch mismo le dejaron bastante claro que había tenido un orgasmo por causa de C.C..
—C.C.... no soy un precoz...
—Lo sé... No te preocupes por haber terminado tan rápido... Era natural... Luego de verme tener un orgasmo, habría creído que eras un frígido si no terminabas con la forma en que te masturbaba con la boca.... Además, gracias a esto podrás durar más a continuación...
La cama se movió mientras C.C. se recostaba en ella, y dijo:
—Ven a mí... Entrégate... Y tómame... No te permito que me hagas esperar otra vez...
—Esta bien — Respondió él.
Estas palabras excitaron a Kallen. Lelouch estaba empezando...
—Aah... — Los escuchó decir a ambos a una voz.
Kallen estaba colorada. Ciertamente nunca había tenido otro encuentro sexual más que el regalo que le dio a Lelouch, y por ello le parecía bastante excitante lo que C.C. decía:
—Ooh, Lelouch... Hacía mucho que no sentía esto... Lo extrañaba... ¿Por qué diablos no lo habíamos hecho antes?
—Eso pasó porque... Antes no tenía claros mis sentimientos hacia ti... Pero ahora... Sólo disfrutémoslo, ¿sí?
—Está bien... Dámelo todo...
—Lo haré... Te amo, C.C....
La cama empezaba a moverse de lado a lado, siendo indudablemente Lelouch el causante de eso. Kallen, que estaba excitada, inconsciente e inocentemente comenzó a tocarse por encima de la ropa. Recorrió su cuerpo con una mano, mientras los escuchaba jadear...
—Explícame... Lelouch... Por qué... Me amas... Así entenderé... Más profundamente... Tu amor... — Dijo C.C. entre jadeos.
—Explicarte... — Respondió Lelouch jadeando también: — ¿No decías que te amara en silencio, y por medio de acciones? A menos que... Por explicar... Entiendas... Algo como esto...
Y Lelouch aumentó el ritmo con mucha fuerza, produciendo golpes entre sus cuerpos, haciendo que Kallen se excitara aún mas mientras C.C. también incrementaba sus jadeos.
—Supongo que... Si hago esto... Podrás... Entenderlo... Más profundamente... — Añadió.
—Oh, sí... Mucho más profundo... — Dijo ella.
Kallen casi se vuelve loca al escuchar eso. Sin embargo, la cama se movía con mucha violencia, de modo que buscó detenerla un poco con las manos...
—Oohh... Lelouch... El sudor... Que resbala... Por tus pectorales... Te hacen ver tan sexy...
Kallen se sonrojó al oír eso, pero no acababa ahí:
—¿Qué dices?
—Lo que oíste... Verte sudar... Te hace ver sexy... — Dijo C.C. sin dejar de jadear.
—Si tu lo dices... — Dijo Lelouch.
Entonces Kallen dijo en voz baja, sujetando con más fuerza la cama:
—Espero que no vayan a aplastarme...
C.C. era increíblemente escandalosa, pero el ruido que hacía era ecuánime a la manera en cómo todo se sacudía por el furor de Lelouch. Kallen pensó que sería bueno usar esa intensidad contra él mismo...
Pero también le impresionaba la pasión que desbordaban ambos. Era todo muy intenso, al grado que lo hacía casi insoportable. Por momentos Kallen sentía unas ganas enormes de salir y acompañarlos a ambos, pero se detenía, pues la sorpresa quizás lo arruinaría todo. Entre tanto seguía forcejeando por su vida, ya que temía que la cama se venciera en cualquier momento. También sentía ganas de seguir tocándose ella misma, pero no se atrevía a soltar la cama por lo mismo. Se conformaba con mover las piernas, rosándose ella misma, y al poco rato de hacer eso notó que sus bragas ya estaban húmedas. Pero también la fatigaba el ejercer presión para contrarrestar un poco los movimientos tan brutales de la cama. Se preguntaba cuando terminarían, cuando C.C. se volvió loca y comenzó a gritar:
—¡¡OH, SÍ, LELOUCH!! ¡¡NO PARES!! ¡¡NO PARES!!
—C.C.... No seas... Tan escandalosa... Todos duermen...
—¡¡NO ME IMPORTA!! ¡¡ESTO ES EL CIELO!!
—¡Creo que tienes razón! ¡Es el éxtasis! AAHH! ¡VOY A EYACULAR!
—¡Eso es, Lelouch! ¡Dámelo! ¡VAMOS!
Luego de todo eso, se sintió un fuerte golpe aunque el movimiento no se detenía. Al parecer Lelouch había caído sobre C.C., y esta dijo después:
—¡Tu... Tu semen... Lelouch! ¡Está... Está saliendo! Se siente... Caliente...
Caliente.... Eso le hizo recordar a Kallen que, en efecto, el semen de Lelouch era caliente, pues ya lo había experimentado en su propia boca. Luego de un rato el movimiento empezó a ser mas lento, hasta que se detuvo por completo. Por fin habían terminado, de modo que Kallen estiró los brazos de forma natural a sus costados, para descansar, pues había sostenido una lucha de vida o muerte contra la fuerza de Lelouch y la cama. Los escuchó hablar pero no puso atención a lo que decían. Se acercó al borde de la cama por donde había entrado, mirando a la puerta, y pudo notar un olor intenso que inundaba la atmósfera de la habitación, el olor a semen que se mezclaba con el de los fluidos vaginales, siendo este más intenso. También se dio cuenta que todo el suelo parecía campo minado, pero de ropa de ambos.
—Sí que la han pasado en grande... — Susurró Kallen, regresando a su lugar: — Pero... Yo te superaré, C.C....
Entonces notó que C.C. se levantaba, y luego apagaba las luces, regresando, seguramente para dormir. Entonces convino ella en dormir también...


La noche pasó sin complicaciones. Aún aunque estuviera en el suelo, Kallen durmió cómodamente, y cuando despertó se sentía mejor, pese a todas las lágrimas que había llorado. Sin embargo, recordó que no podía salir tan fácil de ahí....
Un poco antes de que Kallen despertara, C.C. ya se hallaba despierta, aún entre los brazos de Lelouch. Tenía su cabeza sobre su pecho, y sentía la respiración y el pulso de él, que era tranquilo. Sonreía. Se sentía feliz por lo que había pasado. Entonces se escuchó ruido por el pasillo, al parecer eran estudiantes que iban presurosos a clase.
Al notarlo, Kallen y C.C. se preguntaron cómo saldrían de ahí sin ser vistas. Entonces C.C. decidió despertar a Lelouch:
—Lelouch... Lelouch... Hey, Lelouch... — Y lo movía suavemente con una mano.
—¿Qué pasa? — Dijo Lelouch con poca voz.
—Ha amanecido ya... Supongo que debes asistir a clases para no levantar sospechas... Además, aún falta ver cómo voy a salir de aquí...
Lelouch abrió los ojos y dijo:
—Es cierto. ¿Sabes qué hora es?
—No, pero hace poco que el sol entró por la ventana...
Lelouch se levantó y buscó el reloj despertador.
—¡Santo Dios! Es muy tarde... Prácticamente tengo 10 minutos para estar en clase...
Dio un salto para salir de la cama, pero notó todo el desorden y que él mismo estaba desnudo. Casi cayó en pánico cuando escuchó la voz de Milly que llamaba a la puerta:
—¡Hey, Lelouch! No has venido al desayuno... ¿Piensas venir a clases?
—¡Ahora voy! ¡Es que me quedé dormido! — Respondió él, nervioso.
—¿Te quedaste dormido otra vez? — Respondió Milly con sorpresa. — Vaya... Creo que se te va haciendo costumbre que las sabanas no te dejen salir de la cama...
Y todos ahí dentro escucharon, aterrados, cómo Milly al parecer iba a abrir la puerta. Lelouch corrió y la detuvo.
—¡Espera! No entres...
Milly sintió cómo Lelouch evitaba que abriera la cerradura, de modo que dijo, en tono de broma:
—¿Que pasa, Lelouch? ¿Es que escondes a alguien ahí dentro y estas desnudo?
Lelouch palideció y gritó:
—¡NO! ¡¡NO!! Es solo que... — Y miró atrás, viendo a C.C., desnuda en su cama y toda la ropa en el suelo: — Mi cuarto está hecho un desorden y no quiero que lo veas...
Milly soltó la puerta y dijo:
—Pues vaya desorden debes tener, para no dejarme entrar... Pero anda, apresúrate, que la clase pronto iniciará...
—Claro... — Lelouch tragó saliva. — Enseguida iré...
Y Milly se alejó por el pasillo. Entonces Lelouch se dirigió apresuradamente al armario de ropa y empezó a vestirse tan rápido como podía.
—Siento tener que hacer esto yo solo, C.C., pero te prometo que lo repetiremos y entonces podrás vestirme... — Dijo él mirándola, mientras forcejeaba por ponerse los pantalones. Una vez más o menos uniformado, se acercó presuroso a ella, le dio un beso y le dijo:
—Debo ir a clase... Tú espera aquí hasta el mediodía, ¿está bien? Procuraré venir a verte durante ese tiempo... Supongo que tendrás hambre... Pero debes esperarme. Me aseguraré de traerte comida... Y por lo que mas quieras, no vayas a salir de aquí... Y si lo haces, usa el uniforme que esta por ahí entre toda la ropa... Te amo.
Le dio otro beso e iba a salir corriendo, pero C.C. lo detuvo:
—¡Lelouch, espera!
—¿Qué pasa ahora?
—Tu camisa... La llevas mal...
—Ah, claro... — Se la acomodó y dijo: — Me voy. Te veré más tarde...
Y salió, dando un portazo y echando a correr. C.C. lo escuchó alejarse, mirando hacia la puerta. Una vez que dejaron de escucharse sus pasos miró a su alrededor.
—Creo que... Esto es un gran desorden...
Entonces se levantó y se estiró. Bostezó un poco y miró su cuerpo desnudo. El rayo de sol que entraba por la ventana la hacían parecer una ninfa virgen. Entonces notó el olor que aún impregnaba el ambiente, aunque menos concentrado a como Kallen lo percibió anoche. Resolvió abrir la ventana.
—Esto estará bien, por ahora...
E iba a asomarse pero se ocultó tras las cortinas al ver que iban a pasar por ahí algunos estudiantes. Kallen, entre tanto, seguía con cuidado cada uno de sus movimientos, y se preguntaba cómo saldría de ahí. Ahora estaba totalmente a solas con su rival.... ¿La confrontaría?
Entonces rodó sobre su espalda y salió finalmente de debajo de la cama, del lado contrario a donde C.C. estaba, quien aún miraba por la ventana, aunque de lejos. Se sentó en el suelo un momento para mirarla, y se sorprendió al ver la blanca piel de C.C., que casi brillaba por el sol. Entonces le pareció algo hermoso. Sin embargo, se detuvo antes de dejarse llevar por el anonadamiento, y se decidió enfrentarla. Ahora la batalla empezaba, y el factor sorpresa estaba a su favor, pues C.C. no la había notado.
Se levantó y, aclarándose la garganta, dijo:
—C.C....
Esta se sobresaltó y se volvió para verla. Entonces se sorprendió al ver a Kallen frente a ella, al otro lado de la cama.
—¿Kallen? ¿De donde saliste? ¿Qué haces aquí?
Ahora la sorprendida era Kallen que no sabía qué responder:
—Yo... pues...
—¿Acabas de entrar a la habitación? Pero no noté el sonido de la puerta... — Sin embargo C.C. la miró y notó que ella tenía desordenado el uniforme, como su hubiera dormido con él, a lo que añadió: — No, no entraste recién, debes haber pasado la noche aquí dentro... ¿Debajo de la cama?
La contundencia de C.C. desconcertó a Kallen, quien empezaba a ponerse nerviosa. Sin embargo, decidió hacerle frente. Tragó saliva y dijo:
—Pero, ¿y tu? ¿Por qué estas desnuda aquí?
El contraataque de Kallen fue efectivo, pues, C.C. también empezó a ponerse nerviosa. Aún no acababa de entender por qué Kallen aparecía de pronto ahí, pero el confesarle que había tenido una noche de pasión con Lelouch era un asunto muy privado... De modo que tomó una de las sabanas de la cama y se cubrió con ella.
—Eso no es asunto tuyo...
—¿Ah, no? — Kallen la miró, desafiante: — Pues yo creo que a todos en la Orden nos concierne esto... Que hayas salido temerariamente de la base para venir hasta aquí... ¿Te das cuenta del qué pasaría si te capturan?
—Lo mismo se aplica contigo, Kallen... — Respondió C.C. fríamente. Y añadió: — Pero yo sí tengo una razón valida para estar aquí. Ayer fue cumpleaños del hombre al que amo, y quería estar con él... ¿Pero tú? Tu no tienes ninguna razón aparentemente válida para estar aquí... No será que viniste para ver a Lelouch y te escondiste aquí, pero cuando llegué yo te escondiste ahí debajo... ¿O sí?
Kallen la miró, furiosa y con una mirada llena de celos asesinos. C.C. había dado en el clavo contundentemente, pero no iba a dejarse intimidar, de modo que caminó hasta ella y le arrebató la sabana de golpe.
Entonces le dijo, furiosa:
—Lelouch es mío... Y mas vale que te alejes de él...
C.C. se cubrió los senos con ambos brazos. Ambas se miraban, molestas, pero la mirada de Kallen estaba más llena de ira.
—¿Por qué habría de alejarme? Él me ama... Me lo confesó anoche, y me dio una gran prueba de ello... Se entrego a mí como el gran hombre que es... Pero de seguro lo escuchaste, ¿no? Fue la gloria... Había olvidado que los hombres jóvenes como él son muy potentes...
Kallen se ruborizó al escuchar eso, pero seguía molesta. Entonces C.C. continuó hablando:
—Me molesta tu actitud agresiva, Kallen... Tu y yo nunca hemos tenido problemas hasta ahora, y no quiero tenerlos... Eso afectaría todo en la Orden.... Sin embargo, ya pudiste probarlo antes que yo, ¿O no?
Eso era algo totalmente inesperado, y Kallen se sintió aterrada. ¿C.C. sabía lo que había hecho con Lelouch?
—¿A... qué te refieres? — Dijo ella, nerviosa.
Pero el nerviosismo de Kallen era la carta de triunfo que C.C. esperaba. Ahora la tenía acorralada:
—Eres muy joven e inexperta, Kallen... — Le dijo sonriendo pícaramente: — Debes ser más precavida y escoger momentos oportunos para seducir al hombre que amas... — Y empezó a acercarse a ella: — Debes escoger un lugar y un momento en el que puedas estar segura que estarás totalmente a solas con él...
Kallen y C.C. se miraron a los ojos, una vez que estaban frente a frente. C.C. tenía el control ahora, en tanto que Kallen estallaba en nervios. Entonces C.C. le levantó la barbilla con un dedo y le dijo:
—Fue una buena idea venir hasta aquí para seducirlo, Kallen, pero te precipitaste... Nunca pensaste que yo podría hacer lo mismo... Además, hace dos días te atreviste a entrar temerariamente a la habitación de Zero para hacer lo que hiciste... ¿De verdad creíste que yo iba a irme así, sin más? Estuve escuchándolo todo tras la puerta.... Y, creo que, si no hubieras hecho eso, no se me hubiera ocurrido venir aquí.... En eso debo agradecerte. Aunque creía que era una posibilidad remota el poder seducir a Lelouch, me sorprendió que él tomara toda la iniciativa... Pero, te confesaré algo: me dolió un poco que no fuera sincero conmigo... Él ocultó lo que habías hecho y dijo que era su primera vez...
Kallen se sorprendió y dio un respingo al escuchar eso, pero era verdad; Lelouch la había negado en aquel momento... Sin embargo, que C.C. le diera importancia a algo como eso no lo esperaba. Pero C.C. continuó hablando:
—Sin embargo, decidí perdonarlo por llevarme a la gloria... ¿No tienes envidia?
Esta pregunta hizo que la ira de Kallen volviera. Iba a responderle pero C.C. siguió hablando:
—Pero, para serte sincera, creo que es emocionante saber que tengo una rival... También hace mucho que no compito con otra mujer por un hombre... — Entonces acarició su rostro con suavidad, haciendo que un escalofrío recorriera la espalda de Kallen, y dijo: — ¿Te gustaría pelear por él contra mí?
Kallen tragó saliva y se apartó de ella, dando un paso atrás.
—Pero, ¡qué dices! Estas loca...
C.C. insistió:
—Si no aceptas mi desafío, daré por hecho que te rindes y renuncias a él, y que me dejarás el campo libre para llevarlo yo a la gloria tanto como sea posible...
Kallen seguía mirando con molestia denotada en su mirada a C.C., sin embargo consideraba sus palabras:
—¿Y en qué consiste el reto? ¿En ver con quien obtiene él orgasmos más placenteros?
C.C. volvió a sonreír:
—Algo así, Kallen, pero no precisamente... — Entonces se aclaró la garganta e imitó la voz de Kallen, justo con el mismo tono que ella había empleado para decirle esas palabras a Lelouch días atrás: — Dime, Lelouch, ¿Te gusto? ¿Te parezco sexy?
Aunado a eso la miró con una mirada de deseo, manifestando con ello cómo ella imaginaba a Kallen en aquel momento. Kallen, a su vez, se sonrojó y le molestó que C.C. la imitara. Entonces dijo con un tono agresivo:
—¿Qué es lo que pretendes, C.C.?
—Tu deseas a Lelouch, ¿no? Pero tienes celos de mí porque yo ya lo poseí ante tus narices anoche... Sin embargo, podemos decir que él aún está aquí, presente, en mi piel...
Y señaló su abdomen y sus piernas.
—Si quieres, puedes comprobar tu misma que no te estoy mintiendo. Él usó su boca para amarme sobre todo mi abdomen y aún más allá... Aún tengo el sabor de sus labios en todo mi cuerpo... Sin mencionar que dentro de mí él depositó toda su hombría... Fue realmente maravilloso...
C.C. cerró los ojos y sonrió, como si recordara el orgasmo que compartió con Lelouch. Kallen entre tanto la miraba, extrañada.
—¿Por qué me dices eso, C.C.? Es más, ¿por qué diablos querría comprobar todo lo que él te... Hizo?
C.C. abrió los ojos y dijo:
—Te lo repetiré una vez más... Porque él está presente aquí, ahora mismo, a través de la marca que dejó en mi cuerpo...
Entonces se le acercó, y casi besándola, le dijo:
—¿Crees que puedas seducir a Lelouch mejor que como él ha hecho conmigo anoche? Es más, ¿crees ser mas sensual que yo?
Kallen perdió la cabeza, y levantó una mano para abofetear a C.C., pero esta la detuvo, y le dijo sin intimidarse:
—Haz el amor, no la guerra...
Y luego de eso la besó suave y brevemente. Para Kallen fue algo totalmente inesperado, y luego de recibir el beso se apartó, aterrada, pues tenía una cierta homofobia.
—¿QUÉ RAYOS HACES?
—Vamos a pelear por Lelouch, Kallen.... Demuéstrame que eres mas sensual y sexy que yo...
Kallen no podía creer lo que escuchaba. Pero C.C. añadió:
—Ahora mismo estas en ventaja, pues yo ya estoy desnuda... Bien podrías aprovechar...
Las intenciones de C.C., más que pelear por Lelouch con Kallen, eran tener sexo con ella. Y no era la primera vez que lo hacía con una mujer, ya antes había tenido oportunidad. Pero Lelouch había despertado el adormecer en su vida sexual, de modo que no le pareció mala idea seducir a Kallen. Esta, por su parte, casi cae en pánico cuando C.C. tocó sus senos.
—¿Qué haces, depravada? ¡Déjame!
—Mmm... Puedo notar... Que los tuyos son más grandes que los míos...
—¡Déjame!
—¿No te parece excitante estar con Lelouch, por fin? — Le decía C.C. sin dejar de acariciarla: — Imagina que yo soy él, y sedúceme como lo harías con él...
Kallen se soltó y corrió hasta la puerta. No podía creer lo que C.C. estaba haciendo.
—C.C., estas loca, eres una depravada sexual y una infiel... Estuviste ayer con Lelouch y ahora quieres estar conmigo... Eres de lo peor, y no mereces a Lelouch...
—¿No lo merezco? — Dijo C.C. acercándose lentamente a ella: — Pues, si no lo merezco... Demuéstrame que puedes satisfacerlo mejor que yo...
Kallen se estremecía al ver a C.C. cada vez más cerca, y sin poder huir de ella. Nunca se le había pasado por la cabeza que su primera vez sería con una mujer, y menos con C.C....
—¿Qué pasa? No tengas miedo... Solo demuéstrame que puedes ser mejor que yo... Pero si no lo haces, yo te demostraré que soy mejor que tú, y me quedaré con Lelouch para siempre...
Pero C.C. notaba que Kallen en verdad estaba aterrada, de modo que se le ocurrió una idea:
—Creo que te es difícil imaginar que soy Lelouch... ¿Verdad? — Entonces se dio la vuelta y caminó al armario.
Pronto encontró uno de los uniformes de Lelouch, de modo que se puso el pantalón y la camisa, ambas negras. Entonces procuró apartar su cabello y volvió donde Kallen. Engrosó la voz todo lo que pudo para imitar la de Lelouch, y le dijo:
—Anda... Ven a mí, Kallen... ¿Acaso no me deseas? ¿No querías celebrar mi cumpleaños, dándome un regalo especial? Anda, tómame... Soy todo tuyo...
Y sin darle oportunidad a decir algo la tomó del cuello y la besó largamente en la boca. Kallen quería resistirse, pero C.C. usó sus habilidades para besar haciendo que poco a poco cediera. El beso fue largo, cálido, pausado. C.C. disfrutó el contacto de sus labios, cómo de pronto ambas se encontraban. Un escalofrío, como un rayo, recorrió por toda la espalda a Kallen, haciendo que se pusiera rígida, aunque sin escapatoria. C.C. abrió la boca para obligar a Kallen a abrir la suya también, y con una paciencia extraordinaria alargó la lengua para encontrar la de ella. Tocó con la punta ligeramente la punta de la lengua de Kallen, y luego hizo pequeños círculos. Entonces se dirigió a los labios de Kallen, y los chupó con un poco de fuerza, primero el de arriba y después el otro. Una vez que la boca de Kallen estuvo húmeda de la saliva de C.C., esta procedió a introducir la lengua en su boca. Usando de nuevo la punta de su lengua sintió los dientes de Kallen, siguiendo el mismo orden de arriba abajo, recorriéndolos con suavidad. Cuando Kallen sintió que C.C. la invadía la tomó de los hombros y la empujó con fuerza, aterrada, buscando liberarse, pero entonces C.C. la abrazó por el cuello, como la tenía sujeta. Aunque no quisiera notarlo aún así sintió cómo sus senos se tocaban entre sí, y se sintió extraña. C.C. era una mujer, después de todo... Aún aunque actuara como Lelouch, aún aunque estuviera vestida como él.
C.C. la empujó contra la puerta, aprisionándola definitivamente. Kallen miró, impotente, cómo C.C. le daba un gran beso, al tiempo que su propia lengua era manejada con maestría por su acosadora. Podía notar en el semblante de C.C. una piel tan lisa como blanca, además que sus pestañas eran alargadas. Podía sentir también sobre sus mejillas la respiración lenta y tranquila de C.C.. Al parecer ella estaba disfrutando del beso que estaba dando. Sin embargo, Kallen entró en pánico definitivo cuando sintió la lengua de C.C. en su paladar. Gritó, pero sus gritos eran ahogados por la boca de C.C.. Entonces buscó sacudir su cabeza para apartarse, pero C.C. la tomó firmemente de las mejillas con ambas manos sin dejar de usar su lengua. Entonces finalmente cerró los ojos, pues la sensación del beso que C.C. le estaba dando le hacía sentir bien sin poder evitarlo.
Las manos de C.C., que estaban frías, se encontraron con una piel templada en el rostro de Kallen. Ocasionalmente C.C. flexionaba los dedos todo lo que podía sin tener que soltarla, haciendo pequeñas presiones sobre el rostro de Kallen. Entre tanto su lengua daba pequeñas caricias al paladar de Kallen. La sensación era agradable, y esto fue lo que hizo a Kallen cerrar los ojos por fin. Sin embargo, casi por instinto, Kallen empezó a corresponder el beso de C.C., usando su lengua para contraatacar la de C.C..
Al sentir que Kallen empezaba a usar su lengua también, la respiración de C.C. comenzó a hacerse ruidosa, hasta devenir en pequeños jadeos. Pudo comprobar que Kallen también sabía besar provechosamente, lo que hizo más placentero el beso. Kallen aflojó sus dedos de los hombros de C.C., pues poco a poco empezaba a ceder.
Al notar los pequeños jadeos de C.C., Kallen se tiró hacia atrás un poco para después embestir a C.C., introduciendo su lengua ahora en la boca de su invasora, al tiempo que apartaba sus manos de los hombros y los dirigía a su cadera por encima de la ropa. C.C. disfrutó el cambio de ritmo, y resolvió recibir lo mejor posible la lengua de Kallen. Pudo sentir, durante el contraataque, cómo Kallen recorría lentamente cada rincón de su boca, lo cual agradeció, pues hacía mucho que no tenía un beso tan largo. Entonces dejó resbalar sus manos por el cuello de Kallen, deteniéndose justo donde comenzaban los botones de su camisa. Entonces hizo pequeños círculos con las yemas de sus dedos sobre la piel de Kallen, haciendo que esta suspirara ruidosamente. Entonces Kallen pensó en separarse de una vez, pero al sentir que se alejaba, C.C. volvió a sujetarla del rostro, impidiendo una vez más que escapara. Sin embargo, como Kallen había sacado su lengua, C.C. volvió a tener la iniciativa, de modo que volvió a chupar sus labios. Sorbió cortamente el de arriba, para detenerse sobre el de abajo un buen rato. Lo recorrió transversalmente con la lengua, después lo mordisqueó cariñosamente, haciendo que Kallen también empezara a jadear un poco.
Pese a toda la grandeza de ambas como expertas besadoras, provocando un majestuoso beso, por dentro ambas tenían ideas diferentes. C.C. sólo pensaba en cómo seducir a Kallen luego que el beso se terminara. En cambio Kallen empezaba a confundir sentimientos poco a poco y sin darse cuenta.
Pensaba en Lelouch al besar a C.C., sin embargo volvía a la realidad cuando recordaba que entre sus manos se encontraban las caderas de esta. Por un lado le parecía bueno todo esto, porque por fin podía desahogarse por dentro, y entregar sus pasiones imaginando que era Lelouch quien las recibía y que él mismo la besaba tan apasionadamente, pero por otra se sentía lastimada por la cruda realidad que enfrentaba; su rival era quien estaba haciendo eso, y lo peor era que no lo hacía tan mal y que estaba empezando a disfrutar de eso.
Entonces C.C. dejó libre de sus dientes los labios de Kallen, y poco a poco se fue separando de ella. Sintiendo como sus labios se separaban, ambas abrieron sus ojos lentamente, notando casi al instante un leve rubor sobre las mejillas de la otra. Entonces C.C. sonrió y la miró a los ojos, encontrándose con la mirada perpleja de una Kallen confundida que acababa de regresar a la realidad.
—¡C.C.! — Exclamó Kallen, sorprendida, al reconocerla, pues esperaba ver los ojos morados de Lelouch, aquellos ojos que le gustaban tanto.
Entonces soltó a C.C. y la apartó con el brazo, alejándose hacia la cama. C.C. procuró mantener el tono de voz con que imitaba la de Lelouch, y le dijo:
—Eres una excelente besadora, Kallen... Hacía mucho que no me besaban así... Pero ven aquí, no huyas, que apenas estamos empezando...
Y se acercó a ella lentamente. Kallen la miró acercarse con una mezcla de desconfianza, temor y confusión. En su rostro había una sonrisa que denotaba su nerviosismo. Pero finalmente C.C. se puso ante ella y la tomó de la cadera, abrazándola pero sin dejar de mirar sus ojos:
—No seas tímida... Vamos a pasarla en grande, solos, tu y yo, tal y como lo deseabas...
Entonces le dio un breve beso en los labios y se dirigió a los botones de su camisa, empezando a quitarlos de a uno. Kallen dijo con voz entrecortada al ver lo que hacía:
—¿Q... Qué estás haciendo?
—Te acabo de decir que esto es sólo el inicio...
Y mientras hablaba terminaba de abrir los botones. Una vez que la camisa de Kallen estuvo abierta, pudo notar el sostén azul marino que Kallen llevaba, ocultando sus senos. Ambas lo miraron, y al momento siguiente se miraron a los ojos:
—C.C.... Deténte...
—El azul marino es mi color favorito, ¿sabes? — Repuso C.C., apremiando lo que Kallen decía: — ¿Me lo regalarás, por ser mi cumpleaños?
Entonces abrió las manos y tomó de lleno los senos de Kallen, haciéndolo un poco brusco. Kallen dio un respingo, pero no sabía cómo detener a C.C.. Esta dijo:
—Me gustan los senos grandes, ¿sabes? Pero los tuyos... Son especiales... Son tan suaves y redondos que... No puedo evitar desear tenerlos en mi boca... Y alimentarme de ellos hasta saciarme...
Entonces le dio un pequeño beso en la parte alta de su escote, besando por igual ambos senos de Kallen, y le sacó la camisa y el jersey amarillo del uniforme. Luego de eso se abalanzó a su cuello y comenzó a lamerlo al tiempo que la abrazaba para quitarle el sostén. Al poco tiempo venció el pequeño gancho y liberó sus senos de él.
—Menuda cosa tan estorbosa... No entiendo qué tenía en la cabeza quien inventó semejante estorbo al crearlo...
Entonces C.C. miró por primera vez los pezones desnudos de Kallen, libres al aire, y quiso llevárselos a la boca de una buena vez, pero se detuvo. En lugar de eso aprovechó que la tenía tan cerca para continuar sometiéndola y terminar su pequeño juego. La empujó de las caderas para obligarla a sentarse, y una vez que lo logró, le dio otro beso dejándose ir sobre ella para recostarla. Kallen volvía a cerrar los ojos mientras C.C. la besaba, sin embargo se sentía insegura acerca del qué hacer, o qué esperar de C.C..
Finalmente ella se levantó, la sujetó de las piernas y las pasó a ambos lados de su cadera, como si realmente fuera un chico. Kallen reconoció que C.C. sabía mucho acerca de esas cosas, de modo que quizás no podría competir contra ella... Pero al verse así, sometida por C.C., algo empezó a hacerla sentir que quería continuar, pese a todo. Sin embargo, seguía confundida, pues miraba a C.C., y verla en el uniforme negro le hacía sentir que era Lelouch quien le hacía todo eso, pero ver que en realidad era C.C. era un fuerte impacto psicológico.
Entre tanto C.C. tocó con suavidad los senos desnudos de Kallen con las manos abiertas. Pensó que no cabían enteros en sus palmas, pero se preguntó si cabían en las manos de Lelouch, dado que él era hombre y por lo tanto tendría manos más grandes. Entonces le dijo:
—Mmmm... Es una delicia... Lo siento, no puedo esperar más...
Y se abalanzó sobre ella. Miró a escasos centímetros de su rostro los senos de Kallen, y finalmente abrió la boca para lamerlos. Lo hizo suave, despacio, procurando disfrutar de la sensación, que hacía mucho no sentía, de lamer unos senos, y en especial porque eran grandes. Tocó con la punta de la lengua la punta del pezón izquierdo de Kallen, haciendo que esta diera un pequeño salto, pero al momento siguiente C.C. ya tenía de lleno el pezón en la boca, y de ahí se fue expandiendo.
Lamió la aureola en círculos con la punta de la lengua, y luego de un rato cambió la dirección en que hacía los círculos en sentido contrario. La piel de Kallen era suave, y tenía vello muy pequeño, casi imperceptible, el cual, al estar húmedo, se adhería a la piel de Kallen adoptando la forma de la circunferencia que C.C. dibujaba con su lengua. Luego de un rato C.C. se distanció un poco para mirar a Kallen. Esta tenía los ojos cerrados, al parecer le causaba placer lo que C.C. hacía aunque quisiera evitarlo, o eso inducía C.C. por la expresión de su cara. Miró entonces el cuerpo semidesnudo de Kallen. Como tenía unos senos bastante grandes, entre ellos se dibujaban dos lineas perfectamente, las cuales pretendían ser rectas, pero que a la vez contrastaban con las enormes curvas que se dibujaban a los extremos contrarios. Miró también los pezones de Kallen, que eran de un rosa pálido, pero se veían apetecibles para mordisquearlos a placer. Tocó el pezón derecho de Kallen con la punta de un dedo y pudo comprobar que era un tanto esponjoso. Eso la excitó y sin mas volvió a abalanzarse, pero ahora sobre el pezón que acababa de tocar.
Mientras chupaba, había dejado libre la mano derecha, la cual escabulló por debajo de la falda de Kallen, acariciándola por sobre de las bragas, y sus muslos también de vez en cuando. Estas caricias inesperadas hicieron que Kallen soltara un gemido y apretara los ojos, disfrutando lo que C.C. hacía. C.C. entonces metió un dedo dentro de las bragas y acarició los labios de Kallen, haciendo que se estremeciera. Sin embargo, C.C. casi se vuelve loca por lo que siguió.
A consecuencia de que Kallen empezaba a ser tocada directamente, su excitación fue incrementando, y C.C. pudo sentir entre sus labios cómo el pezón de Kallen pasaba de ser una pequeña goma de dulce muy suave a un caramelo macizo; literalmente se había endurecido.
—Mmmm... Maravilloso... — Dijo C.C..
Entonces se cambió al otro, pero esta vez no se enfocó solo en el pezón, abrió ligeramente la boca y chupó todo lo que cabía del seno izquierdo de Kallen en ella, volviendo a experimentar como se endurecía el pezón de Kallen, pero esta vez no solo eso, pudo sentir el pulso de Kallen con el labio de abajo, el cual se aceleraba antes de que el pezón se endureciera. Sintió con su lengua y sus labios como si el seno de Kallen se inflara para ponerse duro al final. Luego de disfrutar tal sensación de crecimiento en su boca, empezó a sentirse excitada, y comprobó que su vagina comenzaba a lubricarse, por lo que dio un ultimo sorbo, bastante ruidoso porque había chupado con fuerza, y se separo, para decir, babeando:
—Es fantástico sentir cómo tus pezones se llegan a poner tan duros, pese a lo suaves que eran, dentro de mi boca...
Kallen abrió los ojos al oír eso, y se encontró con la visión de una C.C. excitada, pero a punto de volver a la carga. Sin embargo notó que un hilo muy pequeño de saliva escurría de la boca de C.C. y terminaba justo en su seno izquierdo. Eso le pareció bastante excitante, y se dio cuenta de que, aunque quería más acción, no sabía qué hacer. Además, su confusión crecía más y más a cada momento, por ser consciente que estaba con otra mujer, con C.C.. Esta no perdió el tiempo, y tan pronto dijo eso, abrió por completo la boca y volvió a chupar los senos de Kallen, aunque ahora lo hacía como si fuera un bebé hambriento. Hizo una pausa para sentir con una mano el ritmo cardiaco de Kallen, y después continuó. Entonces pensó que estaría bien provocarle un orgasmo a Kallen, de modo que hizo a un lago sus bragas e introdujo dos dedos en su vagina.
Kallen gimió al sentir cómo los dedos de C.C. resbalaban con extrema facilidad dentro de ella. Abrió los ojos desmesuradamente y tomó la cabeza de C.C. para separarla, diciendo:
—¡Oye, no hagas eso! ¡Detente!
Pero C.C. no la escuchaba, seguía moviendo sus dedos dentro de la vagina de Kallen lentamente. Sin embargo, la fuerza con que Kallen la empujaba para separarse era constante y no la dejaba lamer tranquilamente sus senos, por lo que se separó y le dijo en un resoplo:
—¿No te gusta, acaso?
—¡N..!
Kallen iba a responder instintivamente que no, pero se detuvo a pensar un poco. No había duda que le estaba gustando, pero no quería tener su primera vez con C.C....
Entre tanto esta empezó a meter más profundo sus dedos, y así se llevó una sorpresa, pues descubrió que Kallen era virgen al no poder llegar tan adentro como ya sabía. Entonces le dijo:
—Vaya sorpresa... De regalo de cumpleaños tendré tu inocencia...
—¡No, C.C.! ¡Detente! ¡Aah!
Pero C.C. no la escuchó, y empezó a aumentar la velocidad de su mano dentro de Kallen. La sujetaba del seno derecho con la mano izquierda, mientras esta comenzaba a jadear y a sacudirse al ritmo de la mano de C.C.. No podía creer lo que estaba pasando, pero no hallaba modo de detenerlo. Encogió los brazos y apretó los puños, cerró los ojos sin dejar de jadear. Y de pronto le volvieron a la memoria, como aves que revolotean por el cielo, las palabras de Lelouch: el sexo es el mayor demonio de los infiernos... Y se dio cuenta que Lelouch tenía razón, que era necesario tener una gran voluntad para escapar de él... De modo que resolvió hacer lo que él; disfrutarlo mientras durara y después escapar...
C.C. se encontraba fascinada por lo que veía. Kallen estaba completamente a su merced, y podía hacer con ella lo que le viniera en gana, pero aún más que eso, lo que en verdad la estaba satisfaciendo era ver las reacciones de Kallen. Esta jadeaba procurando no hacer tanto escándalo, y C.C. imaginó que era así porque en el fondo quería contenerse pero no podía evitarlo. Y de hecho así era. Kallen no quería demostrarle a C.C. que lo que hacía le gustaba mucho, pero por mucho que quisiera no conseguía evitar jadear. Entonces C.C. preparó su otra mano para la acción, y antes de hacerlo, le dijo:
—No deberías contenerte, ¿sabes? El sexo es uno de los placeres de la vida que deben disfrutarse sin reservas... Anda, sé más ruidosa, nadie podrá descubrirnos...
Entonces C.C. separó todo lo que pudo las piernas de Kallen, y acto seguido introdujo de golpe tres dedos de su mano izquierda, haciendo que Kallen profiriera un grito de placer.
—Te está gustando, ¿verdad? — Dijo C.C., sonriendo excitada.
Kallen se retorcía de placer, era la primera vez que tenía una experiencia como esa. Los dedos de C.C. le estaban haciendo ver el cielo, por causa de tanto placer que sentía. C.C. comenzó a meter y sacar los dedos más frenéticamente, consiguiendo así que Kallen se pusiera más escandalosa. Sus jadeos denotaban excitación, pero a la vez deseo, ansiedad por que C.C. continuara así hasta el final. Abrió los ojos y miró a C.C. con una mueca de placer, complacida C.C. de verla, al tiempo que se recargaba sobre sus codos. C.C. empezó a notar que la vagina de Kallen se contraía, de modo que aumentó el ritmo de sus manos. La intensidad con que lo hacía pronto hizo que sus brazos se empezaran a fatigar, pero valía la pena, pues Kallen quería seguir. Hizo una pequeña pausa para darse un respiro, y continuó.
Kallen jadeaba y no dejaba de moverse más o menos al ritmo que C.C. manejaba. Entonces sintió venir el orgasmo, de modo que se venció sobre su espalda y cerró los ojos, jadeando ruidosamente, aunque sin ser tan escandalosa como C.C. lo había sido la noche anterior. C.C. supo que Kallen estaba en la gloria, pues sus fluidos vaginales incrementaron junto con sus gritos de placer. Sus manos se inundaban, de modo que acercó su boca a la vagina de Kallen para recibirlos, y dijo, como si estuviera insaciable:
—Eso es... Sí... Mmm.... Dámelo.... Dámelo, Kallen... No te contengas... Llena mi boca... Oh, sí... Es genial...
Acercó la lengua a los labios de Kallen, probando así sus fluidos, salados y espesos, pero sobre todo muy abundantes. No había duda que era la primera vez de Kallen, pues esta casi se volvía loca de placer. Sin embargo, no podía creer lo que acababa de ocurrir; su primera vez había sido con una mujer...
Había visto el cielo durante el orgasmo, los dedos de C.C. le habían parecido maravillosos, pero lo que no acababa de comprender era el cómo habían acabado así. C.C. por su parte sentía un poco de lujuria arder en su abdomen. Quería continuar con esto... Quería gozar a Kallen, gozar su cuerpo, gozar su excitación, gozar provocarle orgasmos, pero también quería sentirlos ella... Quizás Kallen fuera inexperta, pero bien podría enseñarle algunas cosas... De modo que se olvidó de Lelouch por un momento, aunque sin dejar de imitar su voz, e incluso su carácter, y le dijo:
—Te ha gustado, ¿verdad, Kallen? — Y movía más lentamente sus dedos dentro de ella. -A que sí, ¿verdad? Ahora me pregunto si quieres más... ¿No quisieras desnudarme a mí? El cuerpo humano, desnudo, es maravilloso y realmente bello...
Kallen inhalaba profundamente, denotando cansancio. Todo había sido muy intenso para ella. Escuchó las palabras de C.C. con los ojos cerrados, pero cuando terminó de hablar la miró, abriendo apenas los ojos. Pensó que ya había pasado, que lo que procedía ahora era escapar... Sin embargo realmente no quería irse, quería continuar. Se sorprendió al descubrirse pensando en cómo sería hacerle lo mismo a C.C., ante lo cual sintió un poco de culpa, pues pensaba que estaba siendo infiel a Lelouch. Aunque después se dio cuenta que la verdadera infiel era C.C.. Se sentó sobre la cama y miró a C.C., que se encontraba de rodillas entre sus piernas.
—Eres una desgraciada... Y una depravada... Mira que hacerme esto...
Entonces C.C. tomó con suavidad su rostro, y le dijo a escasos centímetros de su boca:
—Calla... No me hables así... Me ofendes... Pero, incluso aunque tuvieras razón, no podrás negarme que ha sido lo más fascinante que has vivido de toda tu vida... La primera vez de todas las personas es un acontecimiento único que te cambia la vida, te guste o no... Como sea, seguro que, por ser tu primera vez, no estas segura si seguir o no... Pero no te preocupes... anoche C.C. me enseñó muchas cosas... Podría enseñártelas yo a ti...
Kallen se extrañó por la manera de hablar de C.C., pero al ver el uniforme recordó que estaba actuando como si ella fuera Lelouch. Esto incrementó la confusión de Kallen, que no tenía claro si C.C. usaba sus habilidades propias o si acaso en efecto actuaba como Lelouch lo habría hecho. Pero decidió seguir su juego, de modo que cerró los ojos y la tomó del cuello, diciendo:
—Lo siento, Lulu... Yo vine aquí a entregarme a ti, porque te amo de verdad... Así que puedes continuar... Hazme lo que quieras...
Y la besó. Pero al mantener los ojos cerrados imaginaba que efectivamente era Lelouch y no C.C. con quien estaba teniendo sexo ahora. C.C. se sorprendió un poco por la decisión de Kallen, pero le siguió el juego también. Se besaron de nuevo, y volvieron a degustar ese sabor que ya habían probado. Entonces C.C. tomó las bragas de Kallen, y le dijo:
—Voy a deshacerme de este estorbo también...
Y lentamente empezó a deslizar sus bragas hacia abajo, para quitárselas. Kallen sintió, además, cómo C.C. la tocaba con la punta de sus dedos a todo lo largo de sus piernas, haciendo una caricia suave mientras continuaba desnudándola. Ambas se apartaron para mirar con gran expectación cómo las pequeñas bragas azul marino aparecían por debajo de la falda, muy lentamente. C.C. pudo apreciar las piernas de Kallen haciendo eso, y notó que eran robustas y bien torneadas. La flor de la juventud estaba en todo su esplendor en Kallen, quizás por eso fuera que pudiera parecer tan sexy. Pero finalmente quedaron fuera las bragas. Kallen se excitó al ver recorrer las bragas a través de sus propios muslos, y una vez que estuvo sin ellas,volvió a recostarse y le dijo:
—Dámelo, Lulu... Dame toda tu hombría de una vez...
Pero C.C. empezó a dudar en este punto. ¿Qué haría Lelouch en esa situación? Tenía la desventaja de ser mujer, por ello no podía penetrarla como se lo pedía. Sin embargo sí que podía hacerle sexo oral. Consideró esa posibilidad mientras miraba a Kallen, recostada y con los ojos cerrados. Al parecer se había tragado de lleno aquel juego en que Lelouch estaba presente a través de C.C.... Pero eso dificultaba las cosas, pues Kallen creería que era Lelouch y no ella quien estaba haciendo todo eso. Quizás por ello sería difícil que Kallen se atreviera a tocarla...
—No tan rápido... Todo a su tiempo... Vamos a desnudarnos primero... Vamos por partes... ¿No quieres tocarme tu?
Y comenzó a quitarle la falda, para ganar tiempo. Necesitaba pensar, poner en claro sus ideas. Estaba haciendo eso porque quería tener sexo con una mujer, pero estaba olvidando que ambas competían por el mismo hombre... Asumir el papel de Lelouch era algo no muy claro. Podía ser para complacer a Kallen con esa idea, o tal vez para justificarse a sí misma su infidelidad...
Ambas se dieron cuenta de la grave confusión que enfrentarían con sus ideas y sentimientos si continuaban, pero ninguna parecía querer detenerse... Kallen simplemente dejó que C.C. la desnudara por completo, y C.C. no decidió detenerse... Pero C.C. se dio cuenta que lo que les estaba faltando era deseo, deseo mutuo. Quizás era un golpe psicológico bastante fuerte para Kallen, pero podrían superarlo...
Una vez desnuda por completo, C.C. puso ambas manos a los costados de la cabeza de Kallen, y la miró a los ojos. Entonces decidió dejar su juego por un momento, y le dijo:
—Kallen, no olvides que estamos compitiendo por Lelouch... Que estamos probándonos mutuamente para saber quién de las dos es la más ardiente... Por eso asumí que yo era Lelouch, para que te fuera más fácil seducirme... Imagina que yo soy él, y demuéstrame que puedes ser más ardiente que yo para seducirlo...
—Lelouch... — Susurró Kallen, abriendo ligeramente los ojos. Ambas se miraron, y entonces Kallen rodeó el cuello de C.C. con ambas manos, y acercando su cabeza bruscamente a sus senos para que se recargara en ella añadió: — Yo te amo, Lelouch... Por ti haría lo que fuera... Dime, ¿te gustan los pechos grandes? Porque si es así, puedes saciarte con los míos...
Lo que Kallen acababa de hacer sorprendió con la guardia baja a C.C., pero se dio cuenta que Kallen sí se estaba tomando muy en serio aquel "juego". También pensó, mientras se llevaba de nuevo a la boca los pezones de Kallen, que esa reacción le habría dado muchos puntos a favor a Kallen, si en verdad estuviera con Lelouch.
Mientras era lamida por C.C. de nueva cuenta, Kallen pensaba que no estaba tan mal lo que hacía. Si conseguía ser más ardiente que C.C. ganaría el juego y podría quedarse con Lelouch... Y ese era su principal objetivo. Además, no parecía ser tan difícil lograrlo, se había convencido de que valía la pena iniciarse en el arte del amor de Lesbos para conseguir un bien mayor... Y ese bien mayor llevaba Lelouch por nombre, así que se relajó y se dispuso a esperar a que C.C. se confiara, bajara la guardia y entonces darle la vuelta. Pero al relajarse y vencer su homofobia de pronto se dio cuenta del placer que le producía la boca de C.C., quien había bajado a su abdomen, sin despegar la lengua ni un solo instante de la piel de Kallen.
—Mmm... Lulu... Me encanta cuando me haces eso... Anda, tómame, soy toda tuya...
C.C. se enderezó y sonrió:
—Pero... ¿No crees que es injusto que yo este aún vestido?
—Mmmm... Lulu... ¿Quieres acaso que te quite la ropa? Si hago eso te restaría tiempo valioso, el cual podrías aprovechar para seguir saboreándome con tu lengua...
C.C. frunció el ceño ante la terquedad de Kallen. Pensó que quizás Kallen aún no estaba preparada para verla desnuda, por lo que decidió ir poco a poco. Pero Kallen decía eso para no interrumpir a C.C.. Pese a todo, C.C. comenzó a quitarse la camisa, hasta que todos los botones estaban abiertos, dejando entrever su piel blanca y desnuda. Pero, para sorpresa de C.C., Kallen introdujo sus manos dentro de la camisa, acariciando su cadera.
—Mmmm... Lulu... Eres necio... Pero creo que tienes razón... Es injusto para ti estar vestido... Así que, si quieres desnudarte, hazlo tu mismo...
—Oh... ¿No quieres hacerlo tu misma? Te aseguro que te gustará...
—¿Me dejas la iniciativa a mí, C.C.? — Dijo sorpresivamente Kallen: — ¿No eras tú quien me demostraría ser más ardiente?
C.C. se sintió desafiada por Kallen, de modo que no dijo más y se sacó la camisa. Kallen apreció su piel blanca de nuevo, y sin mas tomó ambos senos con sus manos, repitiendo la sorpresa para C.C.. Kallen estaba explotando muy bien lo que se llama el "factor sorpresa" durante una cacería... Y C.C. no tenía más que reconocerlo. Kallen empezó a masajear sus senos con suavidad, poniendo extrema delicadeza en el contacto, cosa que hizo a C.C. recordar todas las caricias que Lelouch le había hecho la noche anterior, pues la sensación era muy similar, de modo que cerró los ojos para aumentar la sensibilidad.
—Aah... — Susurró en su totalidad involuntariamente C.C. al sentir las caricias de Kallen.
Esta sonrió y disfrutó del contacto. Era la primera vez que tocaba los senos de alguien más, pero supo varias cosas: que, pese a ser más pequeños que los suyos, los senos de C.C. eran perfectamente redondos, y su piel era en verdad muy suave. Además, C.C. por fin empezaba a verse satisfecha. Eso era lo que quería, que una mujer la tocase y disfrutase tener sexo con ella... Entonces Kallen dijo:
—Mmmm... Lulu.... Pese a ser un chico, tienes, en verdad, una piel muy suave...
C.C. sonrió y abrió los ojos, mirando a Kallen, quien sonreía también y no dejaba de acariciarla. Pero entonces le dijo, con un tono extremadamente sensual:
—Ven aquí, Lulu... Ven, anda, no seas tímido... Disfruta de mi cuerpo... — Entonces pasó sus manos de los senos de C.C. a los suyos propios, y, acariciándose, le dijo: — ¿No te parece excitante esto? — Y, sacando la lengua, empezó a chuparse un seno, atrayéndolo a su boca con ambas manos.
C.C. sintió fuego por dentro. Kallen había entendido de qué iba la cosa, de modo que volvió a inclinarse sobre ella para continuar lamiéndola, y le dijo:
—Sea, pues, como quieres, Kallen... Pero te advierto que no me detendré hasta llevarte a la gloria y saciarme de ti...
—Menos palabras y más acción, por favor... — Dijo Kallen, empujándola para que de una vez por todas se ocupara en lamerla y mantener su boca ocupada en ello.
Entonces C.C. volvió a lamer a Kallen, con la única diferencia que ahora estaba en su abdomen, humedeciendo la piel de Kallen con cada suave y pequeña caricia que profería con la punta de su lengua. C.C. estaba tan cerca de su piel que podía distinguir con extrema claridad cada uno de los poros que Kallen tenía en sí. Entonces aplicó la estrategia que había usado Lelouch la noche anterior, y recorrió las curvas de su cadera con la lengua, provocando en Kallen exactamente las mismas reacciones que ella misma, C.C., había tenido. Kallen se estremecía y sacudía de un lado a otro con cada pequeño y breve contacto de la punta de la lengua de C.C. con su piel. Entonces comenzó a jadear un poco, lo que excitó aún más a C.C.. Esta consideró practicarle sexo oral, tal y como tenía en mente, de modo que fue descendiendo hacia la vagina de Kallen.
Esta, al notarlo, empezó a soltar pequeñas risas de placer, y dijo:
—¡Oh! Lulu... Eres tan travieso...
Si C.C. no se detuvo a aplaudir a Kallen por lo que decía fue porque su excitación era ya bastante grande, y sentía lujuria pura recorrer por sus venas. De modo tal que finalmente llegó a la vagina de Kallen, y sin más lamió sus labios como si fuera un helado. Al sentir eso, Kallen dio un pequeño grito:
—¡Ah! Lulu... Veo que te gusta jugar... Eres un niño muy juguetón... Pero anda, entonces... Aah... No tardes... En ponerte... A jugar... Aah...
C.C. se había puesto a lamer la vagina de Kallen mientras ella hablaba, haciendo que sus palabras se entrecortaran con los pequeños jadeos que se le escapaban. Sin embargo, sentía que ya estaba húmeda, más incluso que Kallen, y su excitación iba en aumento conforme incrementaba la pasión en su lengua. Kallen, entre tanto, tenía sensaciones increíbles para ella. La lengua de C.C. dentro de su vagina parecía un gusano que no paraba de moverse, que se retorcía sin fin, alcanzando diversos puntos inimaginables, al menos para ella. Tomó a C.C por la nuca y jugueteaba con su cabello, pero este le hacía dudar, pues era lo que más ponía de manifiesto que era C.C. y no Lelouch quien estaba haciéndole todas esas maravillas. De modo que empezó a llamarla indistintamente C.C. y Lelouch:
—Oh... Oohh... Lulu... Aah... C.C.... Es increíble... Aahh... Tu lengua, C.C.... Lulu... Lulu... No pares... No pares... No pares... ¡¡¡No pares!!!! ¡¡¡AAH!!! ¡¡¡¡AAHH!!!!


Entre tanto C.C. incrementaba el ritmo de su lengua, sin prestar atención a lo que Kallen decía, pero le excitaba escuchar a Kallen jadear. Entonces decidió violentar todo introduciendo dedos junto con su lengua.
Las reacciones fueron inmediatas. Kallen empezó a mover la cadera de arriba abajo todo lo que podía, aumentando las fricciones de lengua y dedos de C.C. con sus paredes vaginales. Entonces C.C. sacó la lengua y miró la vagina de Kallen, que estaba muy húmeda. Sopló un poco sin detener los dedos. Kallen sintió el frío y ahogó un grito con las manos, para decir:
—Lulu... Lulu... Espera... Tú no eres Lulu... Eres C.C.... ¡Al diablo con Lelouch! ¡No pares, C.C., no pares!
C.C. la miró. Kallen tenía entrecerrados los ojos, respiraba agitadamente y jadeaba sin parar. Entonces miró de nuevo la vagina de Kallen, y notó su clítoris, que se asomaba, como un gran pequeño gusano blanco. Entonces dijo:
—Voy a probar este pequeño dulce...
Y se metió al momento siguiente el clítoris de Kallen a la boca, chupándolo sin piedad. Casi instantáneamente Kallen estalló en un violentísimo orgasmo, jadeando y gritando sin cesar, pero más que ello sacudiéndose, como si estuviera poseída por un demonio.
—¡¡OH, POR DIOS C.C.!! ¡¡OH POR DIOS, C.C.!! ¡¡¡ESTO ES TAN MARAVILLOSO!!! ¡¡¡AAHH!!!
C.C. comenzó a temer por todo. Kallen se sacudía tan violentamente que azotaba la cama con mucha fuerza. Aunado a ello sus gritos tenían un volumen bastante elevado. Pensó en detenerse pero le parecía bastante cruel hacer eso, de modo que continuó, aunque la sujetó de la cadera, procurando detenerla un poco. Pero no bastaba. El éxtasis en que Kallen se encontraba le proporcionaba una fuerza física descomunal. Se agitaba tanto y con tanto frenesí que al poco tiempo ambas ya sudaban, pero más C.C., porque ella aún estaba vestida.
Cuando C.C. liberó el clítoris de Kallen, la sujetó de las piernas y buscó ponerse encima de ella para controlarla. La besó mientras se acostaba encima de ella, consiguiendo calmar tanto sus movimientos violentos como sus gritos:
—Basta, basta... Ya, ya pasó, Kallen, ya... Contrólate... Vuelve en ti misma... Bésame...
Pero Kallen, al sentirla sobre si, la abrazó y besó con fuerza, sin dejar de jadear. Entonces se apoyó sobre una pierna, e impulsándose con ella, consiguió dar la vuelta para estar sobre C.C.. La besaba con desesperación, estaba loca. Dirigió sus manos a los pantalones que llevaba puestos y se los arrancó. Luego de eso le dijo con desesperación:
—Levántate, C.C., levántate... Déjame quitarte esto...
C.C. se sentó y Kallen le arrancó la camisa también. Ahora ambas estaban desnudas, pero Kallen se había vuelto loca. En lo único en que pensaba era en saciarse de C.C., castigarla por haberle hecho pasar esos orgasmos tan increíbles. C.C. no pudo siquiera frenarla un poco cuando Kallen de nuevo ya estaba sobre ella. La besaba al tiempo que separaba sus piernas y las pasaba a ambos lados de su cadera.
—Esto es lo que mereces, C.C.... Por... Hacerme terminar así... — Le dijo entre jadeos y apenas separada de sus labios.
Entonces palpó, buscando la vagina de C.C., y no tardó en hallarla, húmeda como lo esperaba. Se enderezó y acercó su vagina a la de C.C., y le dijo:
—Lo siento si lo hago algo brusco, pero no puedo esperar...
Y, como si la penetrara, empezó a moverse de arriba abajo, frotando ambas vaginas con frenesí. C.C. casi grita al sentir a Kallen tan feroz, pero ahora ya no podía evitarla, y menos aún rechazarla. Al poco tiempo ambas jadeaban ruidosamente, sintiendo cómo sus vaginas se rozaban entre sí.
—¡Aah! ¡Kallen! ¡Eres una bestia feroz!
—¡Calla! ¡Calla y disfruta, C.C.!
Kallen en verdad parecía un demonio. C.C. pensó que, si fuera hombre, seguro estaría embistiéndola con la misma intensidad con que Lelouch lo había hecho la noche anterior. Una gota de sudor calló de la frente de Kallen sobre el abdomen de C.C., y Kallen la ungió con fuerza en su piel, comprobando que C.C. también sudaba.
—A... Ahora... En... Entiendo... Por qué... Lelouch... Se volvió loco... Anoche... — Decía Kallen entre jadeos: — P... Porque... En verdad... Eres ardiente, C.C....
Entonces se detuvo, y tomó a C.C. de un brazo para jalarla con fuerza y obligarla a darse la vuelta. Una vez que C.C. estuvo boca abajo, Kallen levantó su cadera y le dio un húmedo beso en la vagina. C.C. gimió, pero Kallen dijo:
—Aguarda así un momento... De seguro que te gustará lo que voy a hacer...
E introdujo su lengua en la vagina de C.C.. Esta abrió desmesuradamente los ojos por la velocidad tan brusca con que Kallen lo había hecho:
—¡Oye! N...no lo hagas tan rápido...
—Vale la pena hacerlo así, C.C.... — Dijo ella.
Entonces lamió la vagina de C.C. así como la tenía, sujetándola firmemente de la cadera. C.C. estiró los brazos hacia adelante, sintiendo la endemoniada lengua de Kallen invadirla. Jadeaba sin más, pero procuraba no ponerse a gritar.
No podían pensar, simplemente ponían toda su existencia en ello. Kallen empezó a mover frenéticamente su cabeza, haciendo que C.C. jadeara más fuerte:
—Kallen... Kallen... Ka...llen... Es... Es maravilloso.... ¡¡AAHH!!
Entonces sintió que estaba a punto del orgasmo, por lo que cerró los ojos y le dijo:
—¡Kallen, dame un respiro! Voy... Voy a terminar.... ¡¡¡¡¡AAAHHH!!!
Kallen pensó que C.C. estaba a punto de sentir el orgasmo, por lo que la volvió a voltear y se frotó tan fuerte con ella como pudo:
—No tan rápido... No te vayas sin mí...
Y Kallen volvió a hacer lo que al principio, frotar su vagina con la de C.C., aunque ahora lo hacía con más intensidad. Se recostó sobre ella sin dejar de moverse, y C.C. la abrazó por la espalda con los brazos y por la cadera con las piernas. Era un verdadero furor de demolición lo que imperaba en semejante escena erótica. Kallen impresionaba a C.C. por el frenesí con que hacía todo eso.
—¡VOY... VOY A TERMINAR!!! ¡¡¡KALLEN!!! ¡¡¡AAGH...!!!
—¡¡YO IGUAL!! ¡¡YO IGUALMEN.....TE!!!!!!!!!
Y ambas estallaron en el orgasmo, una vagina junto con la otra. El aumento de líquido de ambas permitía una lubricación mucho mayor, haciendo que ambas sintieran tal grado de placer que les pareciera irreal. Todo su cuerpo de ambas se pegaba como si quisieran fusionarse ahí mismo en uno solo. El volumen de los senos de ambas ocupaba un espacio considerable, pero lo apretaban tanto con el afán de besarse que incluso se habían puesto de un color rojo, por la fricción tan constante y tan fuerte. Kallen sintió cómo sudaban sus senos, sintió cómo este escurría del espacio entre ambos senos para terminar en los de C.C., y ambas sentían cómo el sudor de su abdomen se mezclaba y volvía uno.
Cuando el orgasmo pasó, Kallen se venció y aplastó a C.C. con todo su peso, en tanto que disminuía la fuerza con que se pegaba a ella. Sin dejar de besarse, poco a poco sus respiraciones volvían a la normalidad. Pero luego de un rato dejaron de besarse, y aunque seguían jadeando, se abrazaron mutuamente, mientras Kallen besaba el cuello de C.C.. Esto le permitió sentir su pulso, de modo que tomó sus senos con una mano, y le dijo:
—Tu corazón... Poco a poco vuelve a la normalidad...
C.C. también la tocó y comprobó lo mismo:
—Lo mismo pasa contigo...
Entonces se dieron un pequeño beso, y se echaron a reír sin saber cuál era el objeto de su risa. Pero, sin separarse, decidieron quedarse así, una sobre la otra, un rato más. El momento de gloria tan sublime que habían pasado les hizo olvidar por completo a Lelouch, que era el objeto de su disputa, y Kallen deseó que lo que había vivido con C.C. se volviera a repetir...
—¿Sabes? Ha sido maravilloso... — Le dijo ella.
Entonces tocó con un dedo un pezón de C.C., y le dijo:
—Tienes razón... Es increíble lo suaves que pueden ser y lo duros que se pueden poner...
Y ambas se besaron otra vez, para reír otro rato.


Cosas inesperadas ocurrieron entre C.C. y Kallen, haciendo que esta empiece a cambiar de parecer en muchos aspectos, y con ello sus sentimientos...


¿Qué sucederá ahora? ¿Continuará la pugna y rivalidad de estas dos jóvenes amantes por el mismo hombre? O en su defecto, ¿podría surgir una nueva rivalidad, cambiando el objetivo?


  1. Esta historia continuará...


Esta historia continuará     

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Miscelánea de cuentos. 1.-Mañosa

Felices Fiestas

Miscelánea de cuentos